« Llévatelo y léelo. ¡Para mí, William Branham es un Profeta! ».
Los planes de Dios
En Sus planes de Redención, Dios obra en Su forma, ya que El es Soberano. Por lo cual nadie puede jamás imaginar el resultado del propósito que El ha planificado para cada uno de nosotros. Muy frecuente, cuando recordamos el pasado es que realizamos que cada detalle en nuestras vidas es un paso hacia el camino que El ha trazado. Fue en el 1973 que el Hermano Prete estuvo a cargo del grupo de jóvenes de su Iglesia Evangélica (Pentecostal), y no estuvo solo cuando llevó a cabo esta tarea. De hecho estuvo acompañado por la Hermana Gina, una hermana mayor. La misma, motivada por su disfrute de la lectura y su sed de siempre aprender más de la Palabra de Dios, le pidió permiso a su Pastor y tomó prestados algunos libros de su biblioteca personal. De todos los que podía escoger, un libro le llamó la atención, y era sobre un hombre del cual ella había escuchado en los pasados veinte años, pero no con mucha precisión, William Marrion Branham. Después de haberlo leído, aprovechó la primera oportunidad que tuvo para recomendarle el folleto a su colega, Hermano Francesco Prete, y exclamando le dijo:
« Llévatelo y léelo. ¡Para mí, William Branham es un Profeta! ».
Un llamado en su corazón
Sorprendido, pasó una semana hasta que el encargado de los jóvenes pudo estudiar cuidadosamente la predicación, pero no tomó mucho tiempo para que la Semilla que estaba en él se excitara y reconociera ese Mensaje como cierto y verdadero. Desafortunadamente, los que le rodeaban no estaban listos para esa revelación y rechazaron el Mensaje. El supo que desde ese momento en adelante tendría que separarse y seguir el llamado que Dios había puesto en su corazón. Después de “milagrosamente” asistir a su primera convención (en el Mensaje), se hizo bien difícil la vida en la Iglesia Pentecostal. Se vio obligado a dejar la iglesia, acompañado de un pequeño grupo de seis personas, básicamente compuesto de su futura familia. Fue el comienzo de una nueva vida espiritual para todos; todo estaba empezando otra vez. Durante un año, desde el 1974, ese nuevo rebaño tomó la ruta, lo antes posible, para asistir a los servicios del Hermano Donat Jonckheere, localizado en Bruges, Bélgica. Frecuentemente se reunían en la residencia del Hermano Roccio, en Hem, donde el Hermano Prete leía de los folletos del Profeta, enseñando a los corazones y alimentando las semillas. Esto continuó hasta que el Señor les mostró al Hermano Jonckheere y al Hermano Prete que el tiempo había llegado…
Un nuevo comienzo
El Hermano Prete estudió el Mensaje de William Marrion Branham durante dos años, para así aprender más sobre el Profeta y su revelación. Día tras día su sed y fe crecían más y fue también beneficiado por su dedicación para enseñar y hablar sobre estos tesoros al pequeño grupo que le apoyaba. Pero en lo más profundo, sentía que Dios quería que llegara más lejos. El primero de febrero del 1976 fue consagrado por el Reverendo Donat Jonckheere y se abrieron las puertas de la Iglesia de Roubaix, localizada en el 152 Calle France en Roubaix y ocupó oficialmente la posición de Pastor.